Diversos proyectos que se fueron trabajando a lo largo del año tuvieron estos últimos días la concreción parcial de sus frutos. Todo se aunó, como pasa cuando el carro tira “para el mismo lado”. Y en este caso, se tiró hacia nuestros hermanos de Monte Grande en el marco de una jornada especial.

Se partió en un minibús desde el colegio con 19 voluntarios, alumnos y profesores. Pero no todo estaba limitado a esa comunidad andante sino que muchos más se asociaron con oraciones y con la ayuda material que pudo transportarse en el mismo viaje.

A la gran tarea de alfabetización llevada adelante por la Profesora Beatriz y sus colaboradores (alumnos y voluntarios) se sumó un contingente de docentes y chicos de 4to. año. La Profesora Mariana pudo coordinar una charla sobre alimentación saludable, donde quedó muy claro la forma de aprovechar al máximo aquellos productos naturales que, aunque económicos, pueden brindar una capacidad mayor no solo en la buena alimentación sino en los recursos del hogar.

Ligado a este tema que hace a la alimentación, también se brindó a las mamás una charla sobre la necesidad de la lactancia. En este caso se trató de transmitir el concepto integral de que nuestros hijos, bien alimentados, crecen mejor preparados para enfrentar las dificultades diversas, en particular las del aprendizaje (niños y jóvenes bien alimentados presentan mayor resistencia a situaciones de marginación e injusticia).

Las condiciones climáticas no acompañaron una de las actividades proyectadas: una huerta doméstica. Pero como no solo de pan vive el hombre, una entrevista a la Hermana Amada nos dejó bien claro que aquello no es una simple ONG. No es una obra de mero asistencialismo. Estamos viendo con el correr del tiempo un verdadero proyecto integral: pan y fe, fe y pan. Lo uno sin lo otro no sirve. Y lo que es mejor: la asistencia acompañada de proyectos de realización personal. El taller de costura o el emprendimiento de la tejeduría hacen que nuestras madres recobren vitalidad en espíritu, en la paz de Cristo.

Esfuerzos como el del viernes 4 de octubre no hubiesen sido posibles sin la energía llevada adelante por la Dirección del colegio. Dios ha sido glorificado una vez más por el esfuerzo de toda una comunidad.

Prof. Hernán Capizzano